Pietro Gori en Bahía Blanca
En los primeros días de septiembre de 1901 se dio en la zona de Bahía Blanca un movimiento huelguista que los medios de prensa calificaron como el conflicto de mayor magnitud hasta ese momento:
Por el número de obreros que en ella han tomado parte ha sido la huelga más importante de que se tenga memoria entre nosotros.
Caras y Caretas, Buenos Aires, nº 153, 7 de septiembre de 1901.
El foco se desarrolló entre los trabajadores que labraban la tierra virgen, para colocar el tendido de vías del Ferrocarril del Sur. Los obreros rompían las rocas que se habían consolidado durante miles de años, para sellar la llegada del hombre moderno a la pampa argentina. El fruto de ese trabajo permitió concretar una red ferroviaria, que es sin duda el hecho más emblemático para analizar la fundación de parajes, pueblos y ciudades a lo largo de todo el país. La circulación de trenes representó el avance más significativo para el desarrollo de aquella patria que se consolidaba como nación.
La huelga se efectivizó entre Bahía Blanca y Coronel Pringles, duró poco y no despertó mayores repercusiones en el plano sindical, aunque adquirió una trascendencia histórica por la presencia en la ciudad de Pietro Gori, uno de los referentes anarquistas más interesantes de su historia mundial. Nacido en Teramo, Italia en 1865, Gori se dedicó plenamente a trabajar por el ideal anarquista, en disímiles campos que le permitieron dejar un legado literario, teatral, judicial e ideológico de extraordinaria vigencia.
Pietro Gori llegó a
Sus conferencias llegaban a durar tres horas ante un público silencioso. Por sus antecedentes como Abogado y criminólogo,
Himno del primero de mayo
Ven ¡oh mayo!, te esperan las gentes,
te saludan los trabajadores;
dulce pascua de los productores
Ven y brille tu espléndido sol.
En los prados que el fruto sazonan
hoy retumban del himno los sones
ensanchando así los corazones
de los parias e ilotas de ayer.
Despertad, oh falanges de esclavos
de los sucios talleres y minas;
los del campo, los de las marinas,
tregua, tregua al eterno sudor.
Levantemos las manos callosas,
elevemos altivas las frentes,
y luchemos, luchemos valientes,
contra el fiero y cruel opresor.
De tiranos, del ocio y del oro
procuremos redimir al mundo,
y al unir nuestro esfuerzo fecundo
lograremos al cabo vencer.
Juventud, ideales, dolores,
primavera de atractivo arcano,
verde mayo del género humano,
dad al alma energía y valor.
Alentad al rebelde vencido
cuya vista se fija en la aurora,
y al valiente que lucha y labora
para el bello y feliz porvenir.
La presencia de Pietro Gori en Bahía Blanca para representar a los obreros en las negociaciones animaron de inmediato el interés del gerente del ferrocarril del Sur, señor Henderson, quien velozmente se presentó en el lugar de los hechos. Las fotos de la prensa muestran una locomotora atravesando una llanura con siete señores sobre su trompa, llegando al terraplén donde acampaban centenares de obreros y una custodia de policías armados. En el interior de un ferrocarril participaron de la negociación el gerente Henderson, el ingeniero director Dickinson, el ingeniero Súnico y el Dr. Moyano. En representación de los obreros, Pietro Gori acompañado por su secretario el “Ingeniero Sunic”, leyó detalladamente las reivindicaciones que demandaban mejoras en las condiciones laborales y exigían la reincorporación de un grupo de cesanteados. El petitorio se acompañaba de otros pedidos:
Los trabajadores solicitaban que el señor Dickinson cumpliese las cláusulas pactadas anteriormente de no despachar a ningún obrero hasta que se termine las construcción de los terraplenes; que se admitiese la intervención de un agrimensor cuyos honorarios correrían por su cuenta siempre que los obreros manifestasen disconformes con las mediciones del trabajo ejecutadas por los representantes de la compañía; que se abonase cuatro pesos por metro cúbico por la extracción de piedra mina a base de dinamita; que los precios de los artículos que le suministraba la proveeduría de la empresa sufriera una disminución módica; puesto que ellos tienen quien les venda bolsas de galleta a un peso cincuenta centavos por lo que se les exigía dos pesos, y en el caso que no se accediese a esta reclamación, que se les dejase libertad de adquirir los víveres donde los encontrasen más baratos; que se redujese de cincuenta a cuarenta metros las excavaciones de la longitud de la tierra; que se aumentase a treinta y cinco centavos el metro cúbico de tierra dura que no podía ser extraída sino mediante el pico; que la empresa les proporcionase los caballos necesarios en proporción a recorrido para la conducción de la tierra en zorras.
Caras y Caretas, Buenos Aires, nº 153, 7 de septiembre de 1901.
La negociación fue rápida y finalizó ante el compromiso de la empresa de cumplir la mayoría de los puntos especificados. La jornada concluyó con una fotografía donde se amontonaron en torno a Pietro Gori, el indiscutido protagonista del triunfo obrero, un grupo de trabajadores, los corresponsales de los diarios y los capataces de la empresa.
En la imagen quedó el recuerdo del paso por la ciudad de este personaje entrañable, que honró con su presencia la lucha de los obreros bahienses.
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