lunes, 6 de agosto de 2007

Se puede quebrar el círculo

Bahía Blanca e Ingeniero White, un siglo después
27 y 28 de julio de 2007.


Y se cumplió un siglo de los fusilamientos y en Bahía Blanca hubo quien ni se enteró que dos inmigrantes fueron masacrados por la marinería y que la ciudad se conmovió por esos hechos. Pero muchos si se enteraron, y algunos asistieron a las reuniones que despertaron el sentimiento libertario que se escondía en los rincones de la ciudad.

El viernes 27 de julio, se presentó la investigación periodística “Las grietas del relato histórico”, donde se propuso un homenaje a Atiliano Pascual y José Falcioni, los dos primeros mártires del movimiento obrero bahiense. Y de la reunión participó Gladis Falcioni, la sobrina nieta de José, quien comentó que esa noche fría se enteró muchas cosas de su familia que desconocía. También participaron algunos obreros, estudiantes, profesores y alumnos, sindicalistas, periodistas, marxistas, trotskistas, maoístas, algunos cristianos y bastantes ateos. Entre la muchedumbre se movía una señora que había escuchado el anuncio en el noticiero de la televisión y resolvió acercarse para adherir al homenaje. El salón del sindicato de docentes de la UNS es muy cálido pero no grande, y resultó pequeño. Julio Tévez, uno de los actores que realizó en 1973 la obra Puerto White, historia de una pueblada, donde se relatan los fusilamientos de 1907; participó de la reunión. Comentó el proceso de gestación de la obra que estuvo orientado por David Viñas durante el año `72 y leyó un texto de Pietro Gori que llama a la redención contra todas las miserias. Luego fueron leídos fragmentos de los primeros registros socialistas que se imprimieron en la ciudad para fines de siglo XIX. El círculo de la historia de esta población tan particular, encontró información útil para repensar que sentido se le otorga a la memoria proletaria de Bahía. Sin elevar niveles de análisis, simplemente como un aporte periodístico a esta tarea de quebrar el círculo, se incorporó al servicio de los curiosos esta investigación presentada en el marco del homenaje. La mejor forma de honrar a aquellos pioneros era convertir la reunión en una asamblea, y así se sucedieron las voces. Uno de los miembros del Comité ProAcrata que se organizó en el Museo del Puerto, invitó al Gran Miting Acrata de día siguiente. Prometió la presentación de un sobre con recortes que daban cuenta de la extensa tradición anarquista que se entendió con mucha fuerza hasta la década del `30, por lo menos. Si por la noche se había conocido los primeros pasos del anarquismo, en la tarde del sábado llegaría la etapa siguiente, y así el círculo se continúa quebrando, y el hilo de la historia va ofreciendo otras lecturas.

Y el sábado, el aula-cocina del Museo del Puerto de Ingeniero White también resultó pequeña para atender a quienes esperaban por los vestigios anarquistas. Las palabras de Sergio Raimondi, empapadas del trabajo cotidiano con aquellos relatos libertarios, quedaron resonando en los presentes, con las enseñanzas anarquistas. La cultura anarquista revivió en poesías y canciones que se ganaron los aplausos del público.

El 28 de julio de 1907, en la esquina de Carrega y Guillermo Torres de Ingeniero White, el Subprefecto de marinería Enrique Astorga disparó contra el cortejo fúnebre de José Falcioni, y con su propia pistola mutiló el rostro del inmigrante italiano que yacía tirado en su cajón sobre la calle desierta. Aquel día toda la población de la ciudad quedó conmocionada por el salvajismo con que el Estado maltrataba a la clase obrera.

Exactamente un siglo después, se escucharon los detalles de aquella matanza y no fueron pocos los que pensaron en aquellos inmigrantes que morían en Bahía. En algún pequeño costado, el círculo oficial de la historia se quebró. Un buen augurio para los inquietos que aún se proponen quebrar el cerco que tanto asfixia a la población de la ciudad.

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